La inflación en México volvió a moverse y el Banco de México (Banxico) ajustó su postura monetaria. En agosto de 2025, la inflación general anual se ubicó en 3.57%, mientras que la Junta de Gobierno recortó la tasa objetivo a 7.75% en su anuncio del 7 de agosto.
Estos dos datos “precios y costo del dinero” son la brújula que determina cuánto pagas por tus tarjetas, préstamos personales, hipotecas y financiamiento empresarial, pero también determina el rendimiento sobre los ahorros o sea los Cetes o pagaré bancario.
Banxico y cómo va la inflación
- Inflación: 3.57% anual en agosto (variación mensual de 0.06%).
- Tasa objetivo: 7.75% tras el recorte de 25 pb del 7 de agosto; Banxico venía relajando gradualmente la postura desde mediados de año.
En el mercado, estos movimientos ya se reflejan en tasas de referencia: los Cetes a 28 días rondaron 7.35% en la subasta del 8 de septiembre; a 175 días se ubicaron cerca de 7.69%. Para créditos bancarios corporativos, la TIIE a varios plazos sirve de base de precio.

Inflación y tasa de interés: dos caras de la misma moneda
Tarjetas de crédito
Tasa/CAT: La mayoría de las tarjetas en México manejan tasas “administradas” por el banco (no indexadas automáticamente), pero tienden a ajustarse con rezago cuando baja o sube el costo de fondeo.
Esto quiere decir: un entorno de tasas a la baja puede derivar en CAT (Costo Anual Total) ligeramente menor para nuevos clientes o promociones más agresivas (meses sin intereses, diferidos más baratos). Si Banxico volviera a recortar, el margen de mejora aumenta; si se detiene, ese alivio podría ser limitado.
Haber hagamos cuentas
Saldo revolvente de $20,000 con tasa anual del 70% vs. 66%: la mensualidad de intereses baja aprox. de $1,167 a $1,100 (−$67). El cambio no es dramático si sigues “revolvente”; el ahorro real viene de pagar más del mínimo o migrar a plan de pagos fijos con menor tasa.
Préstamos personales
Suelen firmarse a tasa fija por el plazo del crédito, pero el precio de originación (lo que te ofrecen hoy) sí responde al costo del dinero.
Que quiere decir: si Banxico mantiene o baja algo más, los nuevos préstamos podrían abaratarse marginalmente. Si la inflación repunta y obliga a pausar recortes, las ofertas se estabilizan.
Hipotecas
En México predominan las hipotecas a tasa fija en pesos; lo que cambia es la tasa que te cotizan hoy (ligada a fondeo de mercado). Con Cetes y bonos a la baja frente a 2024, las hipotecas nuevas han mostrado mejoras graduales de precio.
Ojo con el plazo: reducciones de décimas en la tasa tienen impacto grande en el pago total a 15–20 años. Negocia aforo, comisión y seguros: en ciclos de baja, los bancos suelen ajustar paquetes además de la tasa.
Crédito empresarial (PyME y corporativo)
Mucho financiamiento se indexa a TIIE. Si TIIE baja, el costo financiero de líneas revolventes y créditos simples disminuye (spread + TIIE). Esto se ve de forma más directa que en tarjetas.
Gestión de tesorería: revisa cláusulas de revisión de tasa y periodicidad (mensual, trimestral). En un contexto de TIIE descendente, conviene recalibrar capital de trabajo y cubrir picos con instrumentos más baratos.
Quién gana y quién pierde con tasas más bajas
Ganan
Los deudores nuevos, o sea los que adquieren la deuda entre el 2025–2026, tienen mejores puntos de partida.
Las empresas con créditos indexados, estos ajustan de inmediato el costo.
Pierden/parcial
Los ahorradores a muy corto plazo: un ejemplo los Cetes a 28–91 días ya bajaron varios puntos base en el año. Tu rendimiento nominal puede correr por debajo de meses previos. Aun así, hoy los Cetes a 2 años (8.07%) superan la inflación por más del doble, manteniendo rendimiento real positivo.
Los que se encuentran en revolvente: incluso con bajas de tasa, el interés de la tarjeta sigue siendo caro; la mejora marginal no compensa malos hábitos de pago.
¿Qué esperar en los próximos meses?
Con la inflación aún mostrando signos de repunte, Banxico probablemente continuará ajustes graduales, buscando un equilibrio entre contener alzas de precios y no frenar la recuperación económica. Por tanto, es posible que las tasas se mantengan en niveles relativamente bajos pero con cautela ante cualquier nuevo pulso inflacionario.
Este panorama demanda una mirada preventiva: conocer cómo afectan estas decisiones a los créditos y al ahorro ayuda a anticipar cambios y tomar mejores decisiones financieras, siempre con respaldo de información clara y confiable.
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